Un lago tiene el potencial de contar con litio suficiente para 375 millones de baterías. Una noticia no demasiado buena para Europa
Litio. El mineral más preciado para la producción de baterías para el coche eléctrico. Un mineral que toca todos los palos de lo que está siendo la transición al coche eléctrico. Desde la escasez de la materia prima a la especulación. De solución para mitigar las emisiones contaminantes a problema medioambiental.
EEUU tiene una reserva gigantesca. Y ahora se debate qué hacer con ella.
El litio. El litio es un mineral esencial para la producción de baterías de coches eléctricos. También se utiliza en medicamentos o en aplicaciones nucleares pero su potencial electroquímico lo convierte en un mineral perfecto para la producción de los cátodos de las baterías.
El litio tiene una densidad energética muy alta y presenta una alta eficiencia para cargarse y descargarse rápidamente. Todo ello convierte al litio en un mineral extraordinariamente preciado. Su presencia en las baterías es, de momento, imprescindible.
La cadena de suministro. La domina China con mano de hierro. En 2022 ya se calculaba que el país transforma el 75% del litio mundial dedicado a baterías de teléfonos móviles, portátiles y coches eléctricos. Sus movimientos han provocado que el país asiático controle la minería (entre el 50 y 60% de la extracción mundial) y la transformación del mineral, así como la producción de las baterías.
La situación es delicada para Estados Unidos pero, sobre todo, para Europa. La Unión Europea ha ido dando todos los pasos para hacer del coche eléctrico la tecnología reinante en los próximos años y, sin embargo, dependerá de la producción china de baterías, pues Europa tiene una evidente escasez de las mismas.
Para hacernos una mejor idea, el 90% de las extracciones de litio que se llevan a cabo en Australia, que tienen enormes reservas de este mineral, van a parar a China.
Un precio disparado. Que también ha caído tan rápido como subió. Con los fabricantes de automóviles intentando hacerse por todos los medios con litio para la producción de sus coches eléctricos, el precio del mineral se disparó como nunca. Las compras del pánico multiplicaron el precio hasta el punto de que ciudadanos chinos intentaron minar el oro blanco por sí mismos.
Sin embargo, ahora su precio ha caído en picado. Aunque las compras de coches eléctricos siguen creciendo, su ritmo se ha enfriado y los fabricantes se han encontrado con que las previsiones eran demasiado optimistas. Pese a todo, sigue siendo un mineral lo suficientemente caro como para seguir siendo atractivo.
Las previsiones. No son buenas, desde luego. Europa camina a una transición (casi) completa al coche eléctrico. En Estados Unidos empujan para que esta tecnología siga ganando terreno. Y China quiere utilizar el coche eléctrico para ganar un mercado en el que nunca ha sido relevante.
Todo ello choca con la producción actual y futura de litio. Según Benchmark Mineral Intelligence, de mantenerse la tendencia se espera una escasez de 270 GWh en 2030. La misma consultora apunta a que la demanda de litio en el corto plazo crecerá un 36% pero su producción no pasará del 33%, acentuando la escasez. Y los expertos anticipan un aumento en la compra de coches eléctricos si los precios de los vehículos se reducen lo suficiente para convencer a los indecisos.
“La Arabia Saudí del litio”. La futura escasez del mineral y un precio lo suficientemente alto sigue animando a multitud de empresas a buscar litio. Litio que han encontrado en el Mar de Salton. Un enorme lago de California de 974 km² que guarda litio para producir 375 millones de baterías de litio para vehículos eléctricos, según las últimas estimaciones. Son más baterías que coches circulan por las carreteras de Estados Unidos.
La estimación la ha realizado el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley del Departamento de Energía y asegura que el lago puede ser “la mayor concentración de litio, contenida en las salmueras geotérmicas, del mundo”. Los informes apuntan a que tal cantidad “permite a los Estados Unidos satisfacer o superar la demanda mundial de litio durante décadas”.
Y ahora, ¿qué hacemos? Esa está siendo la respuesta recurrente en los países occidentales. El litio es un mineral de fácil acceso pero su minería provoca unos problemas ambientales que están dificultando la toma de decisiones sobre su explotación. Por un lado, la política impulsa la adopción del coche eléctrico. Por otro, trata de salvaguardar los intereses medioambientales. Europa es un buen ejemplo de ello.
Y eso mismo es lo que está sucediendo en Estados Unidos. Las empresas presionan por explotar el litio disponible pero utilizarán “un sistema de extracción directa del litio que extrae la salmuera caliente y separa el litio de otros metales”, recogen en Politico. La extracción tradicional puede llevar meses y años hasta conseguir acceder al litio extraído y empezar a hacer negocio con él.
Las dudas. Ahora, parte de la ciudadanía se debate. Desde CNBC señalan que buena parte de la localidad más cercana a la extracción lo ven con buenos ojos. Allí, el paro es del 12%, tres veces superior a la media nacional y la renta media es un 40% inferior a la del Estado de California.
El problema es que esta nueva extracción no está probado. Se sabe que la explotación tradicional de litio es altamente contaminante, consume grandes recursos de agua y en el ambiente quedan toxinas de arsénico y plomo altamente perjudiciales. Pero, en este caso, no hay evidencias dela contaminación que puede generar este método extractivo e, incluso, no está asegurado que sea rentable, pues nunca se ha probado a gran escala, recogen en Forbes.
Blindarse. Conscientes de los enormes recursos minerales del Estado de California y del impacto medioambiental y social que puede tener la explotación del litio, la administración se ha blindado con la imposición de un impuesto que obliga a las empresas interesadas a abonar entre 400 y 800 dólares por tonelada extraída.
Esto puede ser clave para la entrada o no de estas empresas, pues el precio del litio está cayendo y aunque hay expertos que apuntan a una escasez del mismo, la provisión del mineral no deja de crecer con la apertura de nuevas minas por todo el mundo. Y a esto se suma que la industria trabaja a marchas forzadas para reducir la presencia de este mineral en sus baterías.
Xataka