Aunque la calidad del aire de la capital ha mejorado de forma notable, aún se registran episodios de alta concentración de contaminantes
Pese a la mejora de la calidad del aire que ha supuesto la puesta en funcionamiento de las Zonas de Bajas Emisiones en prácticamente todas las ciudades en las que están en activo, aún es habitual que se registren episodios de alta contaminación.
Es el caso de lo que ha ocurrido en Madrid durante este pasado mes, pues aunque la capital ha logrado cumplir con la calidad del aire exigida por Bruselas por segundo año consecutivo por primera vez en la historia, aún se registran episodios de alta contaminación en jornadas concretas.
Días malos y muy malos
Esto está relacionado con los fenómenos meteorológicos, pues cuando ni llueve ni hace viento la contaminación tiende a fijarse sobre las ciudades.
En este caso la Red de Vigilancia de la Calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid es el organismo municipal encargado de controlar la calidad del aire mediante estaciones que tiene ubicadas por toda la ciudad, de manera que cada día emite un informe sobre sus previsiones.
De esta forma el Ayuntamiento activa protocolos específicos cuando se superan determinados valores de concentración de óxido de nitrógeno NOX, un gas muy reactivo y muy perjudicial para la salud de acuerdo con la OMS, pues contribuye a agravar determinadas patologías como el EPOC o el asma, en paralelo a afecciones cardíacas.
El enemigo silencioso
Así, cuando la red de vigilancia de Madrid detecta episodios elevados de NOX el Ayuntamiento dispone de diversas palancas para reducir las emisiones.
La primera afecta al Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), al tratarse de una tarifa dinámica el Ayuntamiento encarece el aparcamiento en estas plazas, un encarecimiento que puede ser del 60 % o del 70 % en función de la concentración de NOX: 60 μg/m3 o 70 μg/m3.
Bien pagado
Precisamente esto ha sido lo ocurrido en diciembre, cuando diversos episodios de alta contaminación han encarecido el aparcamiento en este tipo de plazas un 60 %.
En paralelo el Ayuntamiento se reserva medidas que puede poner en funcionamiento próximamente y que pueden suponer limitar la circulación de determinados automóviles si la calidad medioambiental no mejora.
En concreto se podría cerrar Madrid a determinadas etiquetas en determinados horarios o similar, aquí es donde entre la posibilidad de que coches con la etiqueta B e incluso C que actualmente se venden en los concesionarios no pudieran circular.
El debate
