Manuel Palma, el empresario que vendió 150.000 coches, advierte: “En 2030 los de combustión serán residuales”
Nacido en Palma del Río (Córdoba) en 1959 y afincado en València desde 1980, cuando llegó para hacer el servicio militar, Manuel Palma ha dedicado más de cuatro décadas a la automoción. Tras empezar como mecánico y lanzarse pronto a la compraventa de vehículos, levantó un grupo que llegó a gestionar hasta 12 concesionarios y a comercializar más de 150.000 coches.
Hoy, ya desvinculado del negocio directo tras arrendar sus instalaciones al Grupo Marcos en 2024, este veterano empresario sostiene que el motor de combustión tiene fecha de caducidad. “A partir de la década de 2030 las ventas de coches térmicos serán residuales”, asegura. Su próximo vehículo, insiste, será eléctrico, aunque matiza: “Hay que esperar a que bajen de precio y mejoren su autonomía”.
Del concesionario a la docencia
Además de su trayectoria empresarial, Palma ha destacado como presidente de la escuela de negocios EDEM, donde sigue impartiendo clases, y forma parte del consejo consultivo del Banco Sabadell. Su filosofía la resume en una frase que repite a alumnos y emprendedores: “Gasta como si fueras pobre e invierte como si fueras rico”.
En los mejores años llegó a vender hasta 7.000 vehículos anuales, una cifra hoy “imposible”, explica, debido a la fragmentación del mercado: “Antes se repartía entre seis marcas; ahora entre 50. Para mantener esa estructura necesitaría absorber muchísimas marcas, con un riesgo altísimo”.
El reto eléctrico
Palma es tajante: los fabricantes que no apuesten por el eléctrico “van a desaparecer”. Pero pide dos condiciones clave para consolidar el cambio: precio y autonomía. “No tiene sentido que un eléctrico cueste más que uno de combustión cuando su mecánica es más sencilla. Y necesitamos que alcance entre 800 y 1.000 kilómetros reales para competir de verdad”.
A su juicio, esa barrera tecnológica se superará en un plazo de cinco años. “Todos los fabricantes están destinando sus inversiones a esta tecnología. El que siga apostando por la combustión quedará fuera del mercado”, advierte.
Europa contra China
El empresario observa con preocupación la transición industrial en el Viejo Continente. “Nos hemos pegado un tiro en el pie. Éramos líderes en combustión y hemos pasado al eléctrico, donde los mejores son los chinos: tienen la tecnología, los ingenieros y las fábricas, sin nuestras cargas sociales. Competir así es casi imposible”, lamenta.
Por ello, reclama cambios en la fiscalidad: “No puede ser que un Porsche de gasolina pague el mismo IVA que un eléctrico. Hay que incentivar de verdad la transición”.
Nuevos horizontes
Tras salir del automóvil, Palma ha orientado su grupo hacia la educación, los servicios sociales y el inmobiliario. Gestiona tres colegios con más de 1.000 alumnos, varias residencias y una amplia cartera de inmuebles. “Durante la pandemia no tuvimos ni un fallecido en nuestras residencias. Queremos seguir creciendo en sectores donde podamos aportar valor”, explica.
A sus 66 años, maratonista aficionado y empresario vocacional, no duda del rumbo del mercado: “El coche eléctrico es fantástico: no contamina, no hace ruido y es sencillo de fabricar. Solo falta que sea accesible y que su autonomía dé el salto. El cambio llegará y será definitivo”.
Fuente | hibridosyelectricos.com